lunes, 9 de mayo de 2011

Ellas.

Desde siempre nos han dicho que las amistades hay que cuidarlas para mantenerlas vivas. Cuando eres una cría te juntas con aquellas personas que tienen tu misma barbie con la que poder jugar y cambiarles de ropa o con las que por casualidad, tienes el mismo color favorito. Pero cuando creces y empiezas a darte cuenta que la vida no es un cuento de hadas de color rosa empiezas a valorar a aquellas personas que están contigo en lo bueno y en lo malo, que te apoyan en aquellas decisiones que saben que son erróneas, pero te dejan cometer tus propios errores para aprender de ellos. Y en la vida te encuentras con personas que poco a poco vas conociendo, al principio no piensas que van a acabar formando parte de tu vida, pero sin darte cuenta van entrando en ella con pequeños gestos, miradas, detalles y ya no puedes imaginarte una vida sin ellos, ni siquiera una simple noche en el bar, llena de risas y cotilleos. Seguramente esas noches son las que menos valores porque quizás no haya pasado nada que te la haga recordar de vez en cuando, pero son las que perduran en tu memoria, porque las personas con las que la pasaste son importantes para ti.
Nunca es tarde para encontrar a nuevas amigas, pero siempre manteniendo a las de toda la vida. Es bonito el descubrir a una nueva persona, porque al no conocerla del todo, nunca sabes por donde te va a salir, y siempre, acaban sorprendiéndote, con sus gestos, con sus miradas de complicidad, con todo lo que son ellas. Estoy abierta a recibir nuevas amistades, pero nunca dejare de lado todo lo que tengo, a estas alturas de la vida es demasiado valioso, no sabría explicar con palabras todo lo que son ellas, mis amigas.

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